Tapas, café y copas. Una guía de Valladolid
Una guía para sacar el máximo provecho a Valladolid y su oferta de tapas, café y copas.
leer másUna guía para sacar el máximo provecho a Valladolid y su oferta de tapas, café y copas.
leer más(+26 rating, 6 votes)Cargando...Me gusta Palencia. Con P. Es un sitio de verdad, auténtico. Una provincia llena de contrastes y de paisajes. Con un norte de alta montaña y un sur de amplias planicies, un mar de campos. Palencia (con P) aún no ha sido descubierta por el turismo masivo, ni creemos que lo será en el futuro, pero como los lectores de esta WEG son gente con un criterio muy superior a la media suponemos que les gustará conocerla. Porque conocer Palencia es volver a visitarla. Uno cuando está en el secreto de sus paisajes y de sus mesas y productos tiene mucho ganado. Una tierra horizontal, austera, religiosa sin aspavientos ni extremos. Un bella desconocida, un must para los vigilantes de aves, para los degustadores del mejor Románico. Para todos aquellos que creen haberlo conocido todo en la gastronomía española y no han probado la menestra palentina, sus sopas de ajo o, ¡sonido de trompetas y fanfarrias!, su lechazo. La semana pasada nos convocaban para conocer algunos de sus mejores productos en una jornada divulgativa. Allí volvíamos a encontrarnos con empresas de las que somos clientes desde hace años, no en vano, en Palencia hemos pasado largas temporadas y nos hemos sentido como en casa. La presentación de Alimentos de Palencia: una Marca de Referencia tuvo el formato de una Jornada Gastronómica, organizada por la Diputación de Palencia y el CETECE, Centro de Innovación de productos agroalimentarios de Palencia, con la colaboración del Grupo Peñascal y el Centro Integral Boluetabarri, en cuyas instalaciones tuvo lugar la sesión. Allí también disfrutamos de las recetas que un hiperactivo y simpático Fernando Canales elaboró con la materia prima palentina. Experiencia 1 y 2 Podemos empezar por la Capital, Mi ideal de ciudad es una urbe de las dimensiones de Palencia la city. De Palencia, con P, no con Uve (y que me disculpe Uve). Palencia es, como se dice de su catedral, una bella desconocida. Alejada de las rutas turísticas sus encantos son discretos, recogidos y austeros....
leer másEl cochinillo de José María, simplemente asado con agua y sal, es manjaroso y sabroso. Su piel dorada, triscona pero para nada chiclosa.
leer másÓscar García, de Baluarte, es un cocinero fino, sutil, que ha sido capaz de empaparse de la tradición culinaria soriana para reinventarla, para actualizarla. Allí aligera un repertorio gastronómico con hondas raíces e imagen contemporánea.
leer más(+64 rating, 14 votes)Cargando... A veces, una siente la necesidad de reconciliarse consigo misma, o de purgar ese punto de mal genio con el que, frecuente y desgraciadamente, ya no sorprende a muchos de los que le rodean. Esas mismas veces, basta aprovechar un momento de provocada coincidencia familiar, y en un arranque de generosidad, invitar a comer a parte de la familia, padres, hermanas, hijas, sobrinas y/o demás apegados, los presentes en el momento, sin convocatorias previas. Pues dicho y hecho. Me gusta conducir, me relaja, me permite pensar… Vaaaaale, llamémosle morriña, tal vez. Así que me hice la encontradiza, ¡tachán! Y, como quien no quiere la cosa, me planté en tierras castellanas; qué fácil, sabía que me los iba a encontrar allí. Tras las caras de sorpresa, abrazos, besuqueo, perotúquehacesaquí y demás, les propuse ir a comer. Como me conozco el percal, previamente arrastré a un rincón al patriarca con la intención de avisar de que yo me haría cargo de la dolorosa. Prometo que lo intenté con la mejor de mis sonrisas, y hasta con caída de ojos, pero hubo que recurrir al “innegociable, he dicho” para lograr mi fin. ¿Pero ésta no venía en modo reconciliación?, me pareció escuchar. Hacía mucho calor aquel sábado y no era plan meterse entre pecho y espalda una de cocido maragato, ése que se come al revés. Ya se sabe, luego nos entran sudores, sopor inevitable y, a alguno más que a otras, necesidad de siesta. Así que dejamos la visita a Castrillo de los Polvazares para otra ocasión. Precioso pueblo, por cierto. Sinceramente, y para qué negarlo, yo iba con antojo de bacalao con pimentón, claro, lo típico por la zona. A falta de otras ideas, pusimos rumbo a Valderas, un pequeño pueblo leonés donde se ubican tres establecimientos que presumen de despacharlo bien rico en sus cartas: Casa Zoilo, El Rebeco y Gatito (miau). Y aquí y ahora entono el ‘mea culpa’ y reconozco el error, por no haberme informado debidamente y...
leer másSi vas a El Ruedo, fíjate en la figura de un Manolete de ojos tristes que te vigila tras la barra. Y en un par de cabezas de astado que lucen bien chulas en sendas paredes, cual torito enamorado de la luna, que además de bravura tiene pinta de donjuán.
leer másSorprende que el Mesón El Pícaro, especializado en lechazo y jarrete de cordero, nos reciba a sus puertas con un “Ésta es la mansión del caballero”.
leer másAcudimos con buenas referencias a Palacio de Canedo, ese complejo creado por José Luis Prada Méndez y compuesto por hostal, restaurante, tienda, sala de catas, viñedos, oficinas, almacén, bodega, taller de elaboración de conservas…
leer másEl lunes había muchos turistas y muchos vascos en Casa Pancho, pues esta tasca es hito obligado de esas manadas de profanos que miran curiosos a sus paredes, carteles y tal.
leer másNos atrevemos a recomendar El 24 de La Paloma, por su calidad culinaria, su ambiente ajeno a lo turístico y su atmósfera nada popular.
leer másEn las mesas de Los Templarios los salvamanteles de mimbre hacen las veces de mantelería y el servicio de mesa viste rústicamente, con pantalón negro, camisa blanca y fajín rojo.
leer másEl producto estrella de Selectos de Castilla, por su imbatible calidad/precio, es el paté de mousse de foie gras a la pimienta verde: Resulta increíble su ligereza en paladar y la untuosidad de textura (y su ajustado precio).
leer más
Comenta, que algo queda