Bodegón Gaona (Vitoria). De los que no abundan
Bodegón Gaona, un lugar especial, de los que apenas quedan en las urbes. Allí el diseño no importa y la sencillez se impone en el trato al tiempo que convive con la calidad en los platos.
leer másBodegón Gaona, un lugar especial, de los que apenas quedan en las urbes. Allí el diseño no importa y la sencillez se impone en el trato al tiempo que convive con la calidad en los platos.
leer másNo es nada cool, en absoluto, y me atrevería a decir que precisa, al menos, un restyling, pero supongo que es un reclamo apropiado cuando tu cervecería se llama El Pato
leer másEl bar-restaurante Amita está un poco esquinado, alejado de las terrazas que dan a la playa y de los bares que dan al puerto, pero tiene mucha clientela.
leer másEn una visita a la ganbara del Kai Alde encontraron el mítico cocinero del restaurante. Invadidos por la nostalgia, lo restauraron y desde hace unas semanas da la bienvenida al Kai Alde, como antaño.
leer másSentarse en una mesa posada sobre la hierba y contemplar lu bella fachada de madera de Aspaldiko con pavos reales en el alero no tiene parangón.
leer másBuenavista es uno de mis lugares favoritos para dejarse caer en las mañanas de domingo. Su agradable terraza tipo patio se llena en cuanto sale el sol.
leer másBernardina aparentaba ser más grande desde fuera. Muy limpio y bien decorado, presenta una barra no excesivamente larga y unas mesas bien dispuestas para disfrutar de copa de cava o vino con alguna de las apetitosas raciones.
leer másEn Casa Navarro el menú del día no se expone abajo, en la puerta, sino arriba, en el comedor. Nos cambiaron los cubiertos entre plato y plato y ese viernes había cuatro primeros:
leer másPizzería Da Vinci es enorme, blanco y abovedado, con pequeñas cavas, bustos que quieren recordar a la antigua civilización romana y dibujos tipo carboncillo del ilustrador local Mintxo Cemillán.
leer másEn la Semana de Pascua vacacionamos en Cambrils, Tarragona, municipio de larga tradición turística española. En esos días estaba lleno de parejas vascas con niños, sobre todo matrimonios guipuzcoanos que hablaban en euskera sin parar. Me sentaba en el paseo marítimo y de cuatro parejas que pasaban tres hablaban vascuence y la cuarta… caminaba silente. Durante esas vacaciones no me lo pasé demasiado bien: me sentía rodeado de vascos, La Txurri solo me hablaba de Matemáticas y de los zotes de sus alumnos, muchos bares estaban cerrados y los abiertos eran enormes pero no tenían ambiente (ni clientela), y el clima no acompañaba (cuando me arrojaba a la piscina me sentía un cubito de hielo en un gin-tonic… brrrruuuu). Haciendo memoria, mis mejores momentos fueron los de los almuerzos por ahí, los desayunos en el hotel Maritim (¡había morcilla!), las visitas al cercano Salou donde bebíamos pintas a dos euros en terrazas mirando al mar, la compra que hice en la vinoteca/licorería Morell de Cambrils, y las copas de cava con pinchos que consumíamos de abrebocas en el bar Lekeitio de Cambrils, enorme, con dos entradas a sendas calles, dos barras, terraza trasera, varios ambientes de comedores, cartas de vinos, de tapas, de raciones, de carnes y de pescados… y manadas de parroquianos vascongados… Estaba rodeado, sí. Antes de llegar a la costa mediterránea busqué en Internet los mejores restoranes de la localidad, o los más interesantes para mis pretensiones. Y de chiste lo que me acaeció ya en el pueblo: dos de mis seleccionados estaban cerrados por descanso semanal, otro cerrado por reforma, otro clausurado por jubilación (yo ya estaba desmoralizado) y había otro rechulo al que La Txurri se negó a entrar porque ponía la música a volumen alto. No exagero para hacer la gracia. Aparte, en Cambrils, créanselo, hay dos restaurantes con estrella Michelin: el Can Bosh, del que hablamos hoy, y El Rincón de Diego, aún mejor y del que escribiremos próximamente. En la provincia de Tarragona hay un tercero...
leer másSiempre he pensado que, en esta tierra de grandes restaurantes y espléndidos pintxos, tenemos poca oferta en el tema de las raciones. Para rellenar este hueco ha llegado a Santurtzi la Mejillonería La Batea, enseña que ya tenía un establecimiento abierto en Barakaldo.
leer másEn la gran calle comercial, a unos 20 metros del Celler del Roser, unos paneles anunciaban su carta y un menú diario que ya había caducado.
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