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(+2 rating, 1 votes)Cargando...Acaba de ser publicada en DVD la película india The Lunchbox, ópera prima de Ritesh Batra. Una historia de amor con sabores especiados localizada en Bombay (me niego a llamala Mumbai). En la megalópolis hindú funciona, desde hace más de cien años, el llamado dabbawala un sistema de reparto de comidas en fiambrera que involucra a cinco mil operarios y que reparte cada día más de 130.000 tarteras. La peculiaridad de este sistema consiste en la práctica ausencia de errores en el reparto y en el hecho de que cada fiambrera es recogida en la vivienda del destinatario, donde es cocinada por su esposa, y luego al final del día (vacía, se supone) es devuelta al origen. Desde nuestro punto de vista occidental nos preguntaremos ¿por qué, cuando van al trabajo los currelas bombaitarras, no salen ya con la fiambrera en mochila y se evitan todo ese periplo? Las razones son culturales y de pura logística. En Bombay, en muchas zonas, el agua corriente no se establece hasta bien entrada la mañana, también el sistema de castas hace que cada individuo tenga unos tipos concretos de comidas adecuados para su grupo social y, por fin, el estilo de comidas hace que sea conveniente que la elaboración esté lo más cercana en el tiempo a su consumo. Si te casas lo lamentarás. Si no te casas, también lo lamentarás. Søren Kierkegaard En la película juegan con la ausencia de errores en el reparto de los tupers, un hecho que ha sido estudiado a fondo por gigantes de la distribución comercial como Amazon o DHL, y consiguen que la excepción arme la trama. El viudo y desencantado Fernades, a punto de jubilarse, recibe, por error, la fiambrera que todos los días se esfuerza en preparar a su esposo la aburrida ama de casa Illa. El marido de ésta, un patán desagradecido, no aprecia los desvelos culinarios de su señora y, por fin, las comidas, minuciosamente cocinadas, llegan a alguien que las saborea. En...
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Manuel de Jorge (El Manuel Negro) debuta en LQCDM, esta weg, con su particular visión de la leche de oveja comercializada por Ganaderos de Zamora. Este néctar garantizado en granja, trifásico y fetén, se sale del mapa.
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Se apagó la voz de Peret, el rumbero que cantó a las chicas, cantó al tabernero, cantó a la portera, cantó a lo que sea, cantó al mundo entero. Cantó incluso a los filetes con huevos, esos para chuparse los dedos. Este es nuestro homenaje a un embajador de la alegría del canto y del baile.
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A Óscar Cubillo todo le pareció muy bien en este restaurante marisqueira: comida, bebidas, precio, entorno, compañía, servicio, vistas y terraza.
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Comida rápida para consumir sin prisa junto a la playa de Hendaia, a escasos metros del antiguo casino que divide el largo arenal en dos. Para degustar sin pretensión alguna, no se me hagan excesivas ilusiones.
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La «taberna vasco-asiática» de Henao promete más de lo que realmente ofrece. No está a la altura de la leyenda gastronómica de Bilbao, ni de las altas expectativas creadas por las muchas opiniones positivas leídas en otros foros.
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No se puede decir que #Chef sea una obra maestra, pero tiene corazón, tiene oficio, tiene pasión y desborda amor por la gastronomía, por la vida y por su trabajo.
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En Madeira se come bien y barato. Lo suscribe Óscar Cubillo, quien piensa volver a la isla, turística, atlántica y empinada, y repetir el menú de 12,80 euros de este restaurante.
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Mezcla de casino y de hamburguesería yanqui años 50 en un edificio racionalista con lámparas, espejos, vidrieras y metacrilatos, tonos grises y rojos, blancos y negros, sofás… ¡hasta una torre para un pinchadiscos! Así es el bar del restaurante El Frontón.
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Los 13 productores guipuzcoanos agrupados en Gorenak, Sidras Selectas del País Vasco, exhiben su calidad en la III Sagardo Azoka. Hasta el sábado, en Donostia.
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La Antigua, un pequeño local bien situado, coqueto, decorado con gusto y con preparaciones sencillísimas a precios de lo más económico. Suficiente para salir del paso.
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Un concepto de restaurante de cocina abierta sin interrupción, muy dedicado al cliente de oficina y al turista de paso donde se puede desayunar, comer o cenar.
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En el Amita destacan entre sus especialidades los arroces, los pescados del Cantábrico, los mariscos de sus viveros y las carnes de la región.
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El punto y la calidad de la carne, las patatas caseras, el salmón muy suave… Jarvisey no es muy fan de la comida francesa, de sus condimentos y la sobreutilización del cilantro, pero los mínimos para poder comer a gusto se cumplían todos en este bistrot.
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El Mercado Central de Abastos de Cádiz, opción para nativos y turistas que quieran charlar y picar tapas y raciones al aire libre, sin grandes pretensiones, de modo totalmente informal. Una oferta gastronómica sencilla, económica y variada.
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Una excursión inolvidable con final apoteósico. Mar y montaña. Playas y nieve. Golf y paddle surf. Y el final de la caminata, un ligero menú en el restaurante Mirador de Toró: sopa de pescado, fideos con almejas, calamares con arroz y pixín alangostado.
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Reflexión sobre el fascinante poder de atracción de la naturaleza muerta a propósito de un videoclip de la rapera Mala Rodríguez. Nadie escupe igual las rimas, nadie tiene una imagen más insinuante y provocativa, nadie es más chula que ella.
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Mi abuelo, me lo contaba Marcelina, su viuda, dejó familia, hogar y retaguardia para morir por un concepto más difuso y elevado. Por algo llamado libertad.
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La Mejorana brinda una cocina funcional, honesta y sencilla, basada en productos locales de calidad y acorde a las condiciones de su minúsculo establecimiento, que no cuenta con salida de humos, por lo que las frituras están descartadas ya de antemano.
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Parece que en el Beraia cocinan sin artificios. Óscar Cubillo repetiría su menú del día por diversas razones: por local, servicio, precio, calidad y variedad de la comida y del vino. Y porque en Bilbao no cree que haya mucha oferta similar.
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