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(+17 rating, 5 votes)Cargando... Lo del sábado pasado tuvo mucha guasa, ciertamente. Quisimos reservar en Milagros (japo-mexicano), pero sólo nos daban para el último turno, a eso de las 23:30 horas. Muy tarde. Mejor cambiamos plan. Nos acordamos del Adriatik, un albanés la mar de apañado de Leioa, al que hacía mucho que no íbamos. Y tanto que hacía mucho… Cuando nos presentamos allí, el nombre seguía siendo el mismo, pero los ricos y baratos platos mediterráneos se habían convertido, como por arte de magia, en platos combinados, de esos que no tienen nombre, sino números. Gracias al cielo que llegamos pronto y nos dio tiempo a reaccionar, poniendo rumbo a Bilbao centro raudos y veloces. De camino, intentamos reservar en un nuevo restaurante griego, de nombre Algo Diferente, en el local donde, hasta no hace mucho, se encontraba el Lu’um. Pues estaba completo. ¿Quién dijo crisis? Total que, como teníamos ganas de rollo étnico, acabamos yendo a lo seguro (por calidad, servicio y precio): Capuccino, el egipcio de la calle Gordoniz, junto a AlhóndigaBilbao (que no confunda el nombre; es egipcio, sí). Tuvimos suerte y, como aún no era muy tarde, pudimos cenar sentados en la terraza (esa que no tiene más de tres mesas) en lugar de en la barra. La barra, para ir dos, no está muy mal, pero para cuatro, como éramos el sábado, se hacía un poco incómodo. Lo dicho, en la terraza que acabamos, divinamente y sin lluvia (que amenazaba la muy traidora). Como entrantes, el socorrido hummus y un queso especiado (queso crema, juraría que ese que tiene nombre de ciudad estadounidense, con pimentón, perejil y aceite). El queso no decía mucho, tendríamos que haberlo cambiado por la ensalada griega (sencilla, pero muy rica en anteriores ocasiones). El hummus, correcto, pero poco espeso para mi gusto. La verdad, y sin ánimo de presumir, me quedo con el que hace mi husband cuando se acuerda (lo que viene a ser dos veces al año, tolomás). Y, como platos...
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Cualquier cosa que te diga si NO has visto Breaking Bad, sobrará. Cualquier cosa que te diga si SÍ has visto Breaking Bad, sobrará.
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(+10 rating, 2 votes)Cargando... Recuerdo que cuando visité la península del Yucatán la mayoría de las advertencias iban dirigidas a que procurara pasar lo más desapercibido posible (¡¡con estas patillas!!), para evitar la mordida de los policías locales, esa suerte de chantaje que se inflinge al turista amparada en la sensación de desprotección e incertidumbre que procura el dejar tras de ti todo un océano. Un rasgo de ‘cuartomundismo’ inaceptable. No obstante, mi amiga María Huidobro ha enviado, para esta sección Bienvenidos, una imagen que remite a una mordida mucho más sugerente, pues los responsables del restaurante en cuestión únicamente recurren al vocablo para contextualizar con precisión una oferta gastronómica que se pretende centrar en comidas y bebidas de México. La fotografía captura la figura que recibe al comensal en La Mordida, despacho de comida mexicana con cinco sedes en Madrid. Promociona con orgullo producto «100% mexicano», y en su carta no faltan nachos, enchiladas, jalapeños, tiras, fajitas, tacos, frijoles, quesadillas, ni cochinita pibil. No he tenido oportunidad de probar lo que sale de sus cocinas, pero el reclamo ya me resulta atractivo. Cuando visite el Foro, si tengo ocasión, me dejaré caer por ahí con mi t-shirt de los Delta Saints, regalo de Tsustas, un gran amigo al que no se le escapa que me gustan las calaveras mexicanas. Como dijo Joaquín Sabina, para reír, los amigos; para olvidar, la bebida; para ser feliz, contigo; para todo, La Mordida. Ándele. (a veces se le escapa lo de viva México, cabrones, a Cuchillo) web de La Mordida El autor: CUCHILLO Es el pequeño de los Cubillo Brothers. Nació en 1991, en el mismo Bilbao, es más de salado que de dulce y acostumbra a disociar, con lo cual cambia de apariencia física con frecuencia. Como Robert de Niro antes de rodar Toro Salvaje, pero a lo tonto, por la cara. Él es más de toro tataki. Aprendió pronto que Dow Jones no es un cantante, le incomoda la fama de criticón, pues siempre ha...
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Casi escondido, tiene su barra completamente despoblada. Ni un plato de gildas. La Cuchara de San Telmo es el nombre de ese templo, auténtica referencia en ese mundillo de la cocina en miniatura.
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(+15 rating, 3 votes)Cargando... Seguro que Iparralde, el País Vasco francés, esconde multitud de secretos culinarios, una gastronomía propia digna de admiración que cuenta con puntales como la axoa. Pero lo cierto es que la gente acude allí y, por no complicarse, o por no hacer excesivo gasto, se pone morada a moules frites (pequeños mejillones que sirven en grandes fuentes y cazuelas, acompañados de distintas salsas y patatas fritas), sándwiches, crepés y gaufres. Yo no soy menos; lo mismo disfruto con unas ostras (supuestamente) de Arcachon, que con un sándwich americain o uno de los referidos gofres. Eso sí, cuando me apetece dulce, mi instinto no ofrece alternativa, tras mucha prueba-error, se empeña en conducirme a Sokoa, un precioso barrio fortaleza de Ciboure (Ziburu), la localidad vascofrancesa donde nació el célebre compositor Maurice Ravel. Allí, a la entrada de su puerto, se alinean una serie de restaurantes donde el plato estrella parece ser la «merluza a la española» (40€, aprox., 2 pax.); las casas con contraventanas de colores señalan el recorrido hasta el lugar donde se erige imponente la torre que corona el fuerte del siglo XVII; un rompeolas invita al paseo (cuando la marea no bate con fiereza -un espectáculo habitual-); las barcas de colores amarradas transmiten paz; y la pequeña playa no está exenta de atractivo. ¿Y el dulce? En Toccatutti. En ese austero local, con pinta de simple heladería, junto a la rampa del puerto, despachan copas de helado, paninis, beignets, bebidas frías, calientes y, además, los mejores crepes y gaufres de la zona. No sé si el sujeto le echa más o mejores huevos, mejor harina, mantequilla… Pero están rebuenos. Destacan por su adecuado punto de cocción y por su grato sabor, que permite disfrutarlos simplemente «sucrées» (con fina capa de azúcar glas). Algo tan simple como excepcional, cuando la competencia se empeña en servirlos demasiado crudos (¿hay prisa?) y/o insípidos (¿tan complicada es la receta?). Por si fuera poco, condimentan un par de ellos con ron St. James...
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El bar restaurante La Sifonería, es un lugar donde oficia el simpático Celso, dueño del negocio, y lo atienden con profesionalidad y cariño camareras muy profesionales y cercanas.
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(+17 rating, 4 votes)Cargando... Empiezo confesando que ayer llegué tarde a la Jam Session Londres – España, en la jornada inaugural de San Sebastián Gastronomika 2013. Un retraso más que justificado, por supuesto, pero tarde al fin y al cabo. Y eso implica que me perdiera la primera intervención y la mitad de la segunda. Con esto, no pretendo más que justificar que la opinión tan personal en la que se basa este post, puede que no sea compartida por muchos lectores. Entendible. No escuché a Iván Ortiz y Neftalí Cumplido (Restaurante Hispania), llegué a mitad de cocción de la receta de César García (R. Ibérica), y permanecí atenta a Alberto Criado (R .Cambio de Tercio) y al último ponente, José Pizarro (R. Pizarro). Todos ellos españoles afincados en la ciudad de la niebla, con sendos establecimientos londinenses. Adoro Londres. ¿Si me dan a elegir? Me quedo con José Pizarro. No es que piense siempre que los últimos serán los primeros y todo eso… Además, lamento que los retrasos acumulados en las anteriores intervenciones derivasen en una excesivamente rápida actuación del extremeño Pizarro. Muy rápida, demasiado. Pero ágil y emotiva. Me gustó. Empezó solicitando al público asistente permiso para emitir un vídeo. En inglés, se disculpó. En su propio inglés. Un repaso a sus orígenes con más de una referencia a “my mother and my grandma”, y a “my madre and my abuela”. Con imágenes de sus dos establecimientos, sus tapas, su alta cocina y una foto final junto a sus padres. Dedicado. Gran aplauso. Y tras las prisas impuestas por el propio moderador, se lanzó a la explicación de un tópico. Y un típico, “Fish & Chips”. Él explicaba, en modo showman, mientras cocinaban sus ayudantes. En los anteriores casos, los que vi, era el propio cocinero el que se ocupaba de la elaboración. Pero a mi me gustó escucharle. Más relajado que el resto, sin moverse de aquí para allá, de la cocina a la encimera, de la encimera al horno… Él más a la cámara. Creo que sabe venderse. Y comenzó con la elaboración del plato. ¿El fish? Bacalao, marinado dos horas con pimentón de...
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(+25 rating, 5 votes)Cargando... El Clarete me ha conquistado, señoras y señores. Y era complicado que lo hiciera, pues siempre procuro ir a los sitios sin ideas preconcebidas, sin crearme espectativas, para ahorrarme el riesgo de no verlas satisfechas. Y en este caso el listón estaba muy alto, pues llevo más de uno, más de dos y más de tres años escuchando a Zuloko decir que es el mejor restorán de Vitoria – Gasteiz, donde se hace la ley. Pues bien, por fin acomodé mis posaderas en una de sus sillas y la sensación de placidez y satisfacción va a ser complicado describirla y transmitirla en este texto. Aunque lo intentaré. De entrada, tras su austera fachada, me encontré con un espacio acogedor, grato por su sencillez, no te asalta. Elegante, sin necesidad de forrar todo en madera y cortinones. Contemporáneo, sin hacerte sentir en una especie de estación espacial. Y tranquilo, con mucho espacio entre mesas, lo que da la sensación de que ese día han abierto sólo para ti, aunque haya más comensales. Y la bienvenida nos la dio Patxi Fernández de Retana, un profesional que merece un capítulo aparte. No obstante, me limitaré a decir que es amable, cortés y un auténtico apasionado del vino al que dio gusto escuchar cómo explicaba la historia del caldo que solicitamos, sabiendo que era de Artuke, una bodega de la cual también apreciamos su Pies negros. Admiro esa pasión por el trabajo, por el oficio, por el producto, y su capacidad y disposición a compartirla. Al escuchar su completa descripción del vino Finca de los Locos, de sus características visuales y organolépticas, y también de su etimología, parecía que uno ya saboreaba la primera copa. Un vinazo, dicho sea de paso. La primera impresión fue, así, sobresaliente. Quedaba probar lo que sale de su cocina… Lo primero que hay que saber es que han retirado la carta, y ofrecen un menú degustación a 49,50 €, bodega incluida (100% garnacha, Bodegas Primicia, de Laguardia), y...
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Los marianitos preparados del Volga son cócteles con punch y excelente equilibrio de aroma, sabor y pegada. Tomar más de dos al mediodía puede acarrear peligrosos accesos de verborrea en la sobremesa y aseguran una siesta dominical sin parangón.
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El vídeo de Travis se rodó en un hipermercado e incluye un cameo del bueno de Ben Stiller. Qué risa.
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(+59 rating, 12 votes)Cargando... Déjenme comenzar esta pieza con un alegato en defensa de la hamburguesa: señores, señoras, la hamburguesa es un invento cojonudo estupendo. ¿Qué puede haber de malo en unir una buena pieza de carne picada de calidad, algo de salsa sabrosa y un puñado de vegetales y hortalizas frescas? A ver, se me ocurre que uno de los inconvenientes puede ser la dificultad para comerla; imagino la torre original desparramada, con rodajas de tomate, hojas de lechuga y ruedas de cebolla bien pochada desparramadas por el plato. Lo acepto, es una posibilidad, pero eso ya lo tuvo en cuenta hace más de un siglo Charles Nagreen (o quien fuera su inventor, pues su ‘paternidad’ es muy discutible y discutida), quien resolvió meter todo entre dos panes. Genial. La solución permite disfrutar todos los sabores al tiempo, aporta movilidad al bocadillo (a su consumo) e incluso incrementa la satisfacción. Un buen pan aporta aroma, tacto crocante y sabor. Lo dicho, la hamburguesa es un invento cojonudo fantástico y la mala fama asociada, producto de los desmanes de las multinacionales del fast food, es injusta. Es como decir que los croissants son una porquería, porque los que hace el panadero de mi barrio son una masa gomosa y pringosa. Dicho lo cual, entenderán que me gusta comer buenas hamburguesas. En Getxo busco las del Gure Etxea, de las que hablé en su día, y las del Carpanta, de las que un día hablaré. Y en Donostia me gustan las de Va Bene. Es bien sabido, deje constancia de ello en una reseña de cierto calado en la que Iker dejó el siguiente comentario: «Va Bene está genial, ahora le ha salido una dura pero que muy dura competencia, Holly Burger, en la misma parte vieja y con patatas fritas caseras!!!!!». Tentador. Había que ir. Y fui. Acudí de noche y comprobé de primera mano que un mar de espejos aturde al neófito cuando avanza por el amplio comedor, y facilita sobremanera la tarea del espía, que puede aprovechar sus cruces y ángulos para desempeñar...
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Jornada de exaltación del pimiento del piquillo de Lodosa, patrimonio de la humanidad.
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(+34 rating, 8 votes)Cargando... La de lugares buenos y bonitos para comer que pueblan la verde geografía de Cantabria. El nombre del Palacio de Mijares lo apunté tras verlo recomendado por Ramón Pérez-Maura, codirector del periódico ABC, quien, recordando sus veranos en Santillana del Mar sostenía que en ese pueblo turístico y medieval no es costumbre cultivar la excelencia gastronómica (ya lo sabemos), pero que una excepción se halla en el Palacio de Mijares, empresa apartada del núcleo pétreo. Es fácil llegar ahí, aunque también perderse por las carreteras comarcales de Santillana-San Miguel-Torrelavega. Nosotros arribamos bien, tras recorrer curvas y colinas y, al acercarnos y ver la iglesia y el cementerio, me dije: ¡ya tengo el titular! ‘Aquella casa al lado del cementerio’; pero lo he cambiado por el definitivo, más comercial. El sitio es precioso, está despejado y tiene vistas. La propiedad cuenta con amplias campas con árboles y un parking suficiente. El edificio alterna piedra rocosa, balconadas de madera y vidrieras que descargan la vista y modernizan el conjunto. Hay murallas y una torre del siglo XVI. Se trata de un conjunto monumental declarado bien de interés cultural en 1995. La primera vez que fuimos a ver el local sólo tomamos un oporto, mientras disfrutábamos de la tranquilidad de su terraza, pues también disponen de bar en el Palacio de Mijares, que se anuncia como restaurante para bodas y eventos y se inauguró en 2011. En nuestra segunda visita, el día después, ya recorrimos la arcada y nos acomodamos en un comedor espacioso, blanco, alto, actual, con claros ventanales atravesando los muros. El Palacio de Mijares cuenta con un servicio modélico, un entorno privilegiado por dentro y por fuera, unos platos no caros que califican sus dueños como cocina tradicional con toques modernos, y una bodega más onerosa, aunque también expone ofertas interesantes. Susana y el que suscribe acudimos un domingo. Ella a rastras, pero salió encantada. Yo tenía en mente comer a la carta: para mí patas de cerdo con boletus, foie...
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Hoy, 29 de septiembre, es el Día Mundial del Corazón. Por eso voy a intentar transmitirte unas pocas claves para llevar una dieta cardiosaludable. Como si este fuera el blog de AR.
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Qué caras pone uno cuando padece una lapidación cardiosaludable, a frutazo limpio? Compruébalo en el videoclip de ‘Floating’, single del conjunto irlandés Jape.
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En Split la oferta hostelera resulta bastante agobiante. Los sudores empapan tu frente debido más a las opciones sobre las que elegir que a los calores propios del verano dálmata. Y, por fin, recibes un mensaje salvador que vaticina lo siguiente: “Tenéis que ir a Konoba Marjan, acierto seguro”.
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(+62 rating, 13 votes)Cargando... Seguro que más de uno/una, cuando lea el titulo de este post no sabrá muy bien de qué local de Llanes estamos hablando. ¿Casa del Mar? ¿#locualo? Otra cosa es que digamos, que aclaremos, que es el bar del famoso loro Paco. Un loro, al que hace mucho tiempo que no vemos (preguntaremos en próximas visitas por su salud o si se ha retirado al paraíso de los loros). Un ave casta y desinhibida embajadora de la cocina marinera. La Casa del Mar de Llanes, en pleno puerto, en una ubicación privilegiada a barlovento junto a la nueva Marina llanisca, es un lugar de comidas popular, de los de mesas corridas, mantel de papel, y de poca etiqueta. Con carta corta pero con producto fresco, que les es vendido por los pescadores artesanales que recalan y con cocina contundente, rápida, sin complicaciones, con especial querencia por los productos del mar, como no puede ser de otra manera. Aunque es un lugar que visitan numerosos turistas atraídos por la pátina de lo auténtico, siempre nos ha ofrecido especial confianza el comprobar que, en las épocas desestacionalizadas (que en Asturias duran casi diez meses) es uno de los pocos sitios a los que van los locales. Y también sabemos porque nos lo han contado que otros que llegaron a la costa del Oriente Astur antes que nosotros, que es un local donde cuidan al percebe. No en vano una de sus ofertas estrella es el medio kilo del percebe más botella de sidra a un precio que (dependiendo de mercado) suele andar por los 18 euros. Nosotros, aunque tenemos el morro fino, por un método de prueba/error hemos llegado a la conclusión que hay platos de la Casa del Mar que nos gustan más y otros menos. Así que vamos a lo seguro. Para empezar solemos pedir chipirones a la plancha (seis euros). Fresquísmos, recién pescados, casi te dicen hola. Los preparan sin demasiada ceremonia, recién sacados de la mar y sin...
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(+45 rating, 12 votes)Cargando... Hace poco se cruzó en Gorliz mi prima Bego con mi esposa Susana y le comentó la primera: «¿No os gusta mucho a ir a Suances? ¿Conocéis el restaurante Cuesta? Nos costó llegar y, aunque había mucha gente, conseguimos comer. Siempre debe de estar lleno. Las raciones son enormes, para dos personas, y es muy barato: lechazo a unos 10 euros. Hasta los postres son para dos personas. Se come en plan raciones y las rabas están buenísimas». Hum… Busqué el local en Internet y todo eran parabienes de los clientes satisfechos. Había unanimidad en que ahí se come bueno y barato. Imaginé que sería una casa de comidas rural con espacios limitados, pero mi impresión se rompió al llegar, tras dar varias vueltas por los vericuetos de asfalto entre Suances, Santillana del Mar y San Miguel. Ahí estaba el garito, pegado a la carretera. Primera sorpresa: dispone de un aparcamiento enorme, síntoma de su concurrencia. Segunda sorpresa: habíamos acudido temprano y había mucha gente al aire libre. Tercera sorpresa: tiene otro aparcamiento más pequeño cerca del edificio. Cuarta sorpresa: a la izquierda de la fachada se yergue, a modo de añadido, un comedor acristalado, moderno y metálico que aporta un aspecto chic al Cuesta. Quinta sorpresa: al entrar vimos que el bar estaba a tope, en plan Guerra Mundial Z, con familias alteradas, desde los críos chillones hasta los abuelos nerviosos. Sexta sorpresa: la barra, las mesas y la cocina con la puerta entreabierta eran un bullir de trabajadores. Uh, menos mal que soy intelectual y no me asombro ante nada. Confiados nos acercamos a la barra, me acodé y pedí mesa para dos en alguno de los comedores. El Cuesta tiene al menos tres, aparte de las terrazas con bolera del exterior. ¿Tienen reserva?, preguntó la chica. No (glups). La morena consultó a un encargado flaco y con camisa muy chillona para mi gusto (que, ya saben, mi manga es muy ancha para estas prendas), y confirmó que...
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El pulpo a feira es sólo una de las especialidades gallegas que figuran en la oferta de este local llamado Mariño y vinculado al CD Mariño
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La sección ‘Mueble bar’ se estrena con Spitfire, una cerveza inglesa que vio la luz para conmemorar el 50 aniversario del combate aéreo sobre la ciudad de Kent, enmarcado en la célebre Batalla de Inglaterra, cuando la Luffwaffe alemana trataba de imponerse a la RFA.
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