Bienvenidos a Gin Lane (Bilbao)
Una gata recibe en Gin Lane, que se anuncia como «bar de época inglesa basado en el Siglo XVIII» y especializado en espirituosos de calidad y café italiano.
leer másUna gata recibe en Gin Lane, que se anuncia como «bar de época inglesa basado en el Siglo XVIII» y especializado en espirituosos de calidad y café italiano.
leer másPara empezar esta serie, nada mejor que recuperar un receta que no es tal. Es una fórmula para engordar. Puede parecer un disparate visto desde nuestra sociedad hipercalórica, transgénica y obesa, pero entonces en la posguerra, lo chic era estar gordo.
leer másAllí comió Óscar Cubillo, por cuatro motivos: pagaba él, el menú del día le atraía más, el local disponía de una terraza protegida del aire de la tarde por un cenador y el batzoki es una sede política del PNV. Y no desea escribir en positivo de ningún partido.
leer másEn marcha las Jornadas del Lechazo de Aranda de Duero, sede actual de Las Edades del Hombre. Allí no es preciso acometer búsqueda alguna para encontrar «el vinillo, las tortas de pan blanco y el asadillo» que anima a probar la canción popular castellana; todo sale al encuentro del visitante.
leer másAunque la tierra está presente en preparaciones tradicionales, como la inevitable fabada, las croquetas, los callos y la papada de gochu, en el apartado de carnes y en la selección de quesos, Gonzalo Pañeda y Antonio Pérez saben manejar, con técnica y buen gusto, un considerable surtido de mariscos y pescados.
leer másLa firma Granel incorpora Bilbao a su red de tiendas de alimentación ecológica, y a granel, que promueve la compra responsable y sostenible, con la eliminación del residuo plástico.
leer másEl videoclip de ‘Trying not to love you’, del grupo canadiense Nickelback, una producción protagonizada por los actores Jason Alexander y Brooke Burns, y planteada como un duelo de baristas, con instrumental y maneras propias de coctelería.
leer másProbablemente, el mejor restaurante de Zaragoza. Noelia Andia y Roberto Alfaro honran el producto (en la medida de lo posible aragonés), lo trabajan con mimo y buscan el deleite del visitante con conjugaciones y elaboraciones más complejas. Sin caer en el barroquismo, lo cual siempre se agradece. Y sin escatimar vino.
leer más(+48 rating, 10 votes)Cargando... Tras mis tribulaciones de vasco en Burdeos, narradas en el celebrado post dedicado al restorán Le Cochon Volant (El Cerdo Volador), en automóvil Citroën partimos temprano de la capital del Garona enfilando hacia Libourne (una plaza, otro río, un Carrefour abierto en festivo y poco más); torcimos a la derecha hacia el turístico pueblo vitivinícola de Saint-Émilion (una cuesta peligrosa -no quiero imaginármela en un día de lluvia-, una torre, un aparcamiento en la cumbre, bodegas y restoranes por doquier, y nada más); desandamos el camino zigzagueando por una monótona carretera comarcal llena de curvas y colinas verdes hasta llegar a Angulema (abajo el río, al otro lado una gran estación ferroviaria, a modo de núcleo una cima con la parte vieja de la ciudad, con la catedral y un bar roquero en cuya terraza me volvieron a crucificar por un café y un chardonnay vulgar); y, de nuevo, en ruta hacia poniente, con el Atlántico al fondo del mapa, dirigiéndonos a Cognac por una carretera más ágil. Et, voilà, ya estamos en otra ciudad gabacha que me moló más aunque se agotara en sí misma. Los supermercados poblaban las afueras de Cognac, ciudad claramente provinciana con aire de pueblo cruzado por un río. Con decir que sólo hay unos 20.000 habitantes, si llegan… En su parte vieja hay una zona de tiendas caras, no se ven tantos restoranes, pero los hay, y las bodegas clásicas gastan una pinta grisácea e industrial y vetusta que no se puede comparar con las bodegas de Rioja, tipo Marqués de Riscal, Ysios, Baigorri y tal, todos derrochones prodigios de diseño arquitectónico. Vi de lejos la sede de la marca Martell, y me pareció de otra época, anacrónica, extirpada de mi infancia industrial erandiotarra/baracaldesa. Vi desde su acera la sede de Hennessy y no me lo podía creer: ¡sólo brillaba la bandera roja de la marca! Y pensar que desde ahí surten a todo el mundo de botellas, algunas extremadamente caras. No hicimos nada especial en Cognac....
leer másReal Club Marítimo del Abra, Comer al estilo de Neguri en un Yacht Club de rancio abolengo
leer másSi se trata de pasar un día con la familia, la cuadrilla o de invitar a las visitas que llegan de fuera a comer sin dejar un pastizal, el menú del día del restaurante Ruperto El Ciego es una buena opción.
leer más(+59 rating, 13 votes)Cargando... Como no sabían que era imposible, lo consiguieron. Lo están consiguiendo, vamos. Están en ello. Aizpea Oihaneder y Xabier Díez Esteibar han logrado descollar, captar atención, pese a la sutil presión de esa envejecida camarilla que pretende restar visibilidad a los jóvenes cocineros de Gipuzkoa, a su relevo; que les pone la pierna encima, que les impide salir en la foto, que está provocando un tapón generacional de consecuencias imprevisibles. Y, mientras, Bizkaia gana terreno, se reivindica a nivel internacional con figuras como Eneko Atxa y otros primeros espadas, adalides del producto, magos de la parrilla, como Bittor Arginzoniz, y exponentes de nuevas concepciones de la cocina, en el caso de Josean Alija. Y otros. Y, mientras, yo también me escapo y disfruto en mesas como las de Xarma, el restaurante de Oihaneder y Díez Esteibar, en Lorea, bien lejos de la postal clásica donostiarra, de la arena de sus playas, de los márgenes de esos mapas que te dan para veranear. Con la excitación propia de saber que experimento la exclusividad del secreto a voces. De que el día menos pensado les caerá alguna estrella. De que son el relevo del relevo silenciado. Porque, háganme caso, en Donostialdea no es preciso ser cincuentón, ni sexagenario, ni septuagenario, para ser un gran chef. La fama precede al Xarma, en círculos gourmets, de connoisseurs, y parece bien merecida. Incluso en su propuesta más modesta. Me refiero a su Menú mercado, por el que optamos disuadidos por los precios de su carta (entrantes, 18,70 a 21,90€; carnes y pescados, 28,60 a 35,20€; postres, 11 a 16,50€), y de su prometedor menú degustación (71,50€, sin bodega). Menú mercado (25,50€), aperitivo, entrante, plato principal, postre, pan, agua, vino de año y café. Menú mercado, producto, armonía, buena ejecución, buena presentación, excelente servicio. Un acierto. Oihaneder y Díez Esteibar pasaron por los fogones de Arzak, Martín Berasategui y Michel Bras (además del Monasterio de Rocamador, en Badajoz, y el Mesón del Peregrino, en Puente la Reina),...
leer másUn repaso visual a distintos manjares de la cocina asturiana.
leer másTiene todo el norte fama de ser punto de buenos comedores y de mejores cocineros, y Casa Brandariz, que no tendrá premios internacionales, se gana en cambio los halagos de centenares de clientes cada año.
leer másNacho Manzano, un chef que derrocha técnica y sapiencia en un repertorio contemporáneo, evolucionado, sí, pero donde se percibe la deuda con, y el aprecio por, el trabajo de sus muchos predecesores. La suya es una (r)evolución desde el respeto y el conocimiento; un modo diferente de comer Asturias.
leer másEl personal de Xibero se afana en preparar a la vista hamburguesas, sandwiches, ensaladas, revueltos, un montón de bocatas con buena pinta y platos combinados.
leer más(+13 rating, 3 votes)Cargando... Que el Bienvenidos de hoy esté soportado en la mismísima persiana del local, como el que hace unos días se publicaba en esta weg, es casualidad. Que el bar restaurante La Cepa se ubique en la donostiarra calle 31 de Agosto, como la nécora que tan graciosamente nos saludaba desde La Viña, en el número 3 de la misma rúe, es coincidencia. Que uno se llame “viña” y otro “cepa” es ya “acontecimiento histórico planetario”, como diría aquélla. Cuánta concomitancia. Algún motivo habrá. La cuestión es que esta imagen, un tanto lánguida y gris, oculta un negocio nacido en 1948, tradicionalmente reconocido por sus mixtos de jabugo, y que desde hace unos años es gobernado por Joaquín Pollos, profesional curtido en el entorno hostelero de la ciudad. Con el diseño no se han roto la cabeza. ¿Cepa? Pues cepa, tal que así, para que no quepa duda. Aunque, bueno, conociendo a Cuchillo, no me extrañaría que dijese aquello de «eso no es una cepa, es una vid. Que la cepa es el tronco y la planta es la vid». Lo discutiremos con un vino. De buena cepa. De la vid. De uva, al fin y al cabo. Yo que sé. (Uve) web de La Cepa ver ubicación C/ 31 de Agosto, 7 – 9; 20003 Donostia-San Sebastián (Gipuzkoa) 943 426 394 info@barlacepa.com * Lo Que Coma Don Manuel destaca en la sección Bienvenidos aquellos ornatos, muñecos, carteles, dibujos y otras decoraciones singulares que, con cierta gracia, nos dan la bienvenida a restaurantes, bares, bistrós, tabernas, chigres, sidrerías, tascas y demás locales hosteleros que tanto nos gusta visitar * La autora: UVE Es de números y tiene un secreto para conservar su línea. Sus amigos se preguntan por la clase de alimento, Uve sonríe coqueta y se guarda su secreto. Aporta el #mistery a Lo Que Coma Don Manuel. Amiga del anonimato, viste de negro, escucha a Roy Orbison para alegrarse, le parece que Iván Ferreiro grita, estudió en colegio de...
leer másLo prometido es deuda. Hasta ayer nos llegaron 66 comentarios como 66 soles y todos ellos han entrado en el sorteo realizado esta mañana. Como los notarios son muy serios y caros hemos tratado de que el resultado sea lo más justo y equitativo y para ello hemos metidos los nombres de los 66 participantes en la máquina virtual de sorteos: sorteados.com y el resultado que ha dado la fortuna es que la mariscada se la va a comer Sonia O. A Sonia O. ya le hemos mandado un correo para que se ponga en contacto con nosotros y nos amplié sus datos, apellido, DNI, y para que así, cuando quiera, de aquí al final de Marisgalicia Bilbao, el día 18 de este mes, pueda disfrutar de su premio. Y al resto, qué deciros… Que no desesperéis. Habrá más sorteos en esta su WEG amiga y nuevas oportunidades. Si tuviéramos mucha pasta, que no es el caso, sabed que nada nos gustaría más que llevaros a todos de la manita a comer por la cara. En cualquier caso, gracias por estar ahí detrás, por vuestro feedback, vuestros ánimos y vuestras aportaciones. Sois el mejor público que puede desear una WEG. Y, por supuesto, agradecer a los amigos de MarisGalicia y felicitarles por el éxitazo que está teniendo su iniciativa en Bilbao y desearles la misma fortuna en su próxima visita a San...
leer más(+59 rating, 12 votes)Cargando... Cada vez que caigo unos días por la cercana Francia me digo: «no vuelvo aquí en la puta vida». Me sacan de quicio sus rotondas y sus peajes cada dos por tres, sus precios suntuosos en la hostelería (¡y en la zapatería!), la impermeabilidad idiomática de sus gentes… No aguanto a los franchutes como seres humanos, oigan. Los ves fuera de su hexágono y parecen timoratas mosquitas muertas; por ejemplo en San Sebastián, con sus caras de panoli, llenando platos blancos de pinchos en los bares de la parte vieja. Sin embargo, en su gran nación se crecen, como si bebieran la pócima del druida Panoramix. Mi impresión se confirmó en los cuatro días que pasé en Burdeos (con dos me habría sobrado). Acudimos con una guía personal confeccionada a botepronto por El Cuto, un amigo de Pato que posee un apartamento ahí. Cumplí todo lo que indicaba, menos la visita a la Brasserie Bordelaise; «en la rue Saint Remi, muy céntrica. Que pida el Bocal de Foie. Lloro cada vez que lo tomo», indicaba Cuto, pero no pude llegar porque perdí el plano, o me lo robaron. No obstante, como un turista más, cumplí su hoja de ruta: visité el mercado de Les Capucins, sucio y bullicioso, con olores mezclados y también razas, pues está en una zona chunga (en este mercado me quedé sin comer los famosos mejillones -moules- por la falta de profesionalidad de una guapísima que atendía en uno de los puestos); el paseo marítimo del Muelle del Marqués, con sus tiendas carísimas (¡y eran outlets!) y sus terrazas pijoteras (lo que me clavaron por una birra y un blanco un domingo sin sol); las ostras del muelle (en el puesto ‘Viviers des Jacquets’, de ostricultura, por 8,50 tomamos seis ostras y dos vinos; Susana libó ahí su primer rosado desde que hace una década íbamos al Britannia, hoy el Mojo Club); hicimos la obligada excursión al bonito pueblo medieval de Saint-Émilion, vinícola él, en plan Santillana de Mar...
leer másAyer rompimos el típico tópico de que cuando se juntan más de tres bloguers las puñaladas y las puñetitas varias vuelan por el aire. Lo demostramos juntándonos un porrón, que nos llevamos muy bien e incluso, en algunos casos, por aquello del roce, hay cariño. Sexo, por más que se empeñe Eneko Sukadari, todavía no. Todo se andará.
leer más
Comenta, que algo queda