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El acto nos permitió conocer las ofertas de los hoteles: Hotel Bed & Chic Las Palmas; Doña Rosa; Gran Canaria Seaside Palm Beach; Sercotel Hotel Cristina Las Palmas; Grantural; Hotel Concorde; Mur Hoteles (Hotel Neptuno Gran Canaria, Apartamentos Buenos Aires Gran Canaria y los Bungalows Parque Romántico Gran Canaria); NH Imperial Playa y NH Playa de Las Canteras; Hotel Parque y Hotel Santa Catalina.
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Los motores de Bodega Donostiarra rugen durante todo el día. De 9:30 horas a la medianoche uno puede solicitar cualquier plato de la carta; para comer in situ o para llevárselo a donde quiera.
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(+20 rating, 4 votes)Cargando... En Hendaya Playa son muchos los bares que abren cada verano, aprovechando el tirón estival, y cierran mucho antes de finalizar el año. En ocasiones con distintas gerencias y nombres. A veces, incluso, sin nombre en su fachada. De ahí, en parte, la escasa calidad de la oferta hostelera, de quita y pon, de la población fronteriza. Entre los negocios que mantienen sus puertas abiertas los 12 meses, sople el viento, llueva o truene, fenómenos que se dan con frecuencia, figura Le Barouf, un bar que, cuando sus dueños duermen, llama la atención de la clientela potencial con el simpático dibujo que se aprecia en la imagen. Sólo echamos en falta alguna mujer en esa cuadrilla de jóvenes, todos felices, sonrientes, vaso, jarra y botella en mano, con los ojos entreabiertos o desorbitados, como corresponde a la parroquia de los bares, qué lugares, tan gratos para conversar; y es que no hay como el calor del amor en un bar. Chachachá. (desconfía de los bares sin mujeres, Igor Cubillo) PD: gracias, Jaime, por la frase * Lo Que Coma Don Manuel destaca en la sección Bienvenidos aquellos ornatos, muñecos, carteles, dibujos y otras decoraciones singulares que, con cierta gracia, nos dan la bienvenida a restaurantes, bares, bistrós, tabernas, chigres, sidrerías, tascas y demás locales hosteleros que tanto nos gusta visitar * IGOR CUBILLO Periodista especializado en música, ocio y cultura. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). En el medio de la vía, en el medio de la vida, si hay suerte, tal vez. Ha pasado la mayor parte de su existencia en el suroeste de Londres, donde hace más de 20 años empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Harlem R&R ‘Zine, Ruta 66, El País, Bilbao Eskultural, Ritmo & Blues, Getxo A Mano (GEYC), Efe Eme, Den Dena Magazine, Kmon, euskadinet y alguna otra trinchera. Prefiere los caracoles a las ostras. Qué tío. Anda que… Ah, tiene perfil en Facebook y en...
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Parece que fue ayer cuando contábamos en un post que en la plaza de Toros de Vista Alegre, en Bilbao, habían instalado su feria de marisco gallego los amigos de Marisgalicia. Parece que fue ayer, pero no, fue hace un año y hoy se inaugura de nuevo, y con el mismo escenario, esta pantagruélica feria gastronómica que nos encanta porque ofrece la oportunidad de comer los frutos del mar a unos precios sin comparación. Y es que el secreto consiste en practicar una economía de escala: «Vender mucho, aunque se gane poco por unidad». Parece sencillo, pero no lo es. Eso implica toda una labor de logįstica a gran escala. Así nos explica su responsable, Manuel Gómez. Desde los viveros y bateas que la firma posee en Galicia, los camiones circularán cada día hasta Bilbao para suministrar así las 80 toneladas estimadas. Al tiempo, las botellas de albariño para maridar la mariscada, las 30.000 unidades. Y todo ello con la máxima calidad del producto, así que el común de los mortales puede acceder a productos que de otra manera estarían muy por encima de sus posibilidades. La carpa se inaugura hoy, a las 12.30 horas, con «la tapa de mejillones en salsa de albariño más grande del mundo». Cocineros de las Rías Baixas la elaborarán sobre un recipiente de 2,80 metros de diámetro y 25 centímetros de fondo. Una vez que el récord esté logrado, se distribuirán las 2.000 raciones. Y, además, habrá tiempo para la camaradería y la chufla que propicia la mesa corrida y el espacio común: los visitantes podrán ver actuaciones de grupos regionales y, los domingos, la música celta se oirá con banda de gaiteros. Los viernes y sábados por la noche se hará una queimada, que se repartirá de forma gratuita entre los asistentes. También habrá cinco stands con productos típicos gallegos y una tienda gourmet en la que se venderán aceites, quesos o chocolates de la zona, y se sortearán siete estancias de fin de semana para dos...
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La gente ve las imágenes de la velada en restaurante Markina y dice «qué envidia, vaya festín». Rememoro, caigo en la cuenta de que estaba todo bueno, y lustroso, y no queda más remedio que darles la razón.
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En la web de restaurante Etxanobe llama la atención el menú ‘La alegría de la primavera’. Qué buena pinta por escrito, oigan. ¿Estaría tan bien en vivo y en directo? Les adelanto que sí. Pedazo de menú a un precio estupendo.
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(+45 rating, 11 votes)Cargando...Algo le dijo cuando pasó la puerta que ése era su sitio. Los italianos, un grupo amplio y ruidoso, saludaban efusivamente a la cocinera, besaban y prometían próximas visitas. Un par de parejas ultimaban sus postres y, por un segundo, nos temimos que íbamos a ser expulsados del paraíso. Dos camareros vigilantes, cansados de servir a tantas mesas, tantos años, siguieron con la mirada nuestra entrada y, con un gesto cómplice, nos dejaron pasar y sentarnos en la mesa del fondo. Era tarde, muy tarde para los usos lusos, pero pronto para los que somos ibéricos del otro lado de la raya. Así que cuando pedimos la carta hubo impaciencia en el jefe de sala. Aquí se viene, si eres un turista, pensé que pensó, a comer arroz, el arroz del marisco. No estudies la carta que es corta, no me distraigas, no te disperses, que llevo en este restaurante treinta y ocho años, con sus mediodías y sus noches, sirviendo arroces. Que tengo muy vista a la gente como tú. En cuanto pedimos lo esperado, nos quitaron la carta de la mano, de manera abrupta, casi descortés. Pero la cortesía era dejarnos comer en solitario cuando se levantaron los últimos de la sala. En Portugal, el platillo de aperitivos que no son gratis y que sólo son cobrados si son consumidos, nos sirvió para entretener la espera. Un queso notable dos pâtés prescindibles. Y llegó rápida la cazuela a la mesa, tardó justo quince minutos desde que fue pedida. Los dos camareros, contemporáneos de Matusalén, se despojaron del mandil y nos abandonaron. Y nos quedamos. Dos comensales y una cocinera, y un local cerrado. Una prueba, una experiencia casi mística. El arroz, muy caldoso. En una ración para tres con hambre. Con un sabor marinero, con un toque picante, con el grano suelto y duro. El vino verde, mejorando otros vinos de antaño. Y el arroz abundante iba en buena compañía. Langostinos gordos y tersos. Centolla. Mejillones. Mucha cantidad. Y...
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¿No es verdad, ángel de amor, que en cualquier hamburguesería el pan es más tierno, el queso de verdad y la carne mejor?
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Los barrios ocultos que no salen en las guías, los lugares que evitar, los monumentos que visitar y los mejores lugares para comer barato o lujoso en Lisboa.
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El vídeo muestra a Ratt tocando en un ático, sobre el salón donde una familia bien celebra un banquete y soporta sin estoicismo el ruido.
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(+30 rating, 6 votes)Cargando... Mi hermano brother Igor rechaza los cupones de descuento gastronómico de modo sistemático y categórico. No lo critico y le concedo parte de razón, pero a veces brotan buenas ofertas. Por ejemplo, una que disfruté con el empático Pato en el restaurante Jolastoky de Neguri, que tengo pendiente de contar. Por el contrario, también puedo contar que yo he consumido numerosos cupones de chuletones de un kilo que pesarían en realidad 600 gramos, hueso incluido. El caso es que hoy voy a evocar un cupón que no resultó ni propaganda engañosa ni timo descarado. Lo ofertó en Colectivia el restaurante Marea Alta, el del Hotel Silken Rio de Santander, el pegado a la playa de El Sardinero, cercano al Casino y tal, en una zona de ambiente paseante. Había querido comer ahí desde que un día, paseando, of course, me fijé en su carta expuesta en la fachada y me dije que me lo podía permitir. Varias veces intenté invitar a mi esposa, pero siempre lo rechazaba. No obstante, confiado compré este cupón, con el que me ahorré unos eurillos, y lo consumí con ella sin que trascurriera mucho tiempo. La oferta prometía un «menú de temporada con postre, bebida y café incluido en el Restaurante Marea Alta por solo 29 € en lugar de 50 €». Bien. Me lo creí y salivé anticipadamente y no me quedé decepcionado al salir. Sólo pondría una pega: la rapidez en el cambio de servicio, que en alguno de los platos fue de una velocidad pareja a la de los restoranes de menú en carretera. ¿Se debería a que reservamos mesa a las tres? No era tan tarde, ¿verdad? Reservamos con hora y media de antelación, no con las 24 horas que reclama la norma habitual de estos cupones. Otro mérito del restaurante: poder atendernos in extremis… ¡un sábado! Cuando llegamos, vimos que el comedor del Marea Alta estaba casi lleno: algunas parejas, familias enteras burguesas, matrimonios vascos con niños quejicas… El comedor es...
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(+15 rating, 3 votes)Cargando... Hace unos meses, un reportero del programa de televisión ‘Fabricado. Made in Spain’, le propuso un reto a un cocinero profesional: armar una ensalada en 30 segundos, valiéndose de un sobre de lechugas preparado y habiendo limpiado y picado previamente los ingredientes pertinentes; repartidos en distintos cuencos, listos para emplatar. Chupao, vamos. No fue capaz. El colega abrió el sobre y esparció su contenido, pero le dio un ataque de I+D, añadió bastoncillos de manzana, tomatitos, nueces peladas y queso, se recreó con el aliño y… oh, se fue a los 40 segundos. Una pena. Error no forzado. Ante el reto, yo hubiera compuesto la clásica montonera. Rápida, sabrosa y dispuesta en capas, cual elegante milhoja, nada de antiestéticos revoltijos (qué ordinariez). Apta lo mismo para un aperitivo de domingo que para una cena relámpago. Vierto lomos de bonito en aceite (de bote bueno), sumo cebolleta previamente picada y corono todo con piquillos de Lodosa. Merece la pena el empleo de material de calidad, para que el teleósteo no esté seco, sin necesidad de utilizar ventresca; para que el bulbo no pique; y para que el pimiento aporte no sólo sabor, también melosidad y terneza. Eso sí, en medio minuto no te dará tiempo a retirar las pepitas, si no lo has hecho antes, como el chef navarro del primer párrafo; si además de vagoneta eres desenvuelto sobre la encimera de la cocina, un titán, justo justo podrás regarlo con aceite de oliva virgen extra y sal. Fácil, sana, disociada y totalmente idónea la montonera, ahora que se acercan las ensaladas, pues la primavera la sangre altera. Un chollo. No, no me de las gracias, es mi trabajo… (Igor Cubillo) IGOR CUBILLO Periodista especializado en música, ocio y cultura. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). En el medio de la vía, en el medio de la vida, si hay suerte, tal vez. Ha pasado la mayor parte de su existencia en el suroeste de Londres, donde hace más de 20 años empezó a...
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(+77 rating, 16 votes)Cargando...Un donut graso, con una manteca que, después de estar en el bolsillo, se empezaba a disolver y lo comes con fruición en el recreo de la escuela nacional y te raspa la garganta con su astringencia; cerdo agridulce en el primer chino que se instaló en el País Vasco, colas en la entrada, un camarero dipsómano que bebía los restos de las botellas y un dueño que decía “amigos, familia»; un perrito caliente del salchichauto, a la salida del Coliseo Albia, con mucho ketchup; un primer beso, clandestino, en un parque de Portugalete, a escondidas y caliente y húmedo, enseñándome ella porque yo no sabía, y muy raro de encontrar esa lengua y luego no parar; un bocadillo de bacon crujiente por la mañana, casi al punto de estar quemado y que haga crunch al morder; el agua fría después de entrenar; un café muy negro a la mañana en las épocas de exámenes; las chuletillas de cordero al sarmiento que eran pocas y había que chupar el hueso; la sopa de ajo de mi abuela; el pollo guisado con mucha cebolla pochada; la primera cerveza; la primera cerveza negra: el primer trago de vino peleón; el primer trago de vino bueno cuando aprendí a beberlo; el primer trago de un vino excelente y saber que, después de eso, nada te sabría igual; la tortilla de patatas poco pochada con ese lúbrico juguillo del huevo deslizándose por la boca; el sabor a picante de una alegría riojana, llorando y anestesiándote la boca; los besos en el Puerto de Plentzia de una pelirroja a la que la boca le sabía a fresa, y no exagero; los besos de una morena una noche y despertar junto a su cama, sin saber qué hacía allí, con una sensación de irrealidad; el sabor a la pérdida cuando perdí lo que más quería y lloré, amargo sabor que no pasaba y se quedaba en la garganta; el agrio sabor del vómito y la enfermedad y...
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(+24 rating, 6 votes)Cargando... Tú puedes regentar un restaurante en el suburbio más decadente del mundo mundial y encargar a un amigo pintor que dibuje en su comedor una estampa de Hawaii, o Bombay, para evocar ese lejano viaje de novios y martirizar a los comensales con el repertorio de José María Cano. – ¿Se le ha indigestado la comida, señor? – … – Oh, lo lamento, no entiendo qué ha podido suceder, todo nuestro género es fresquísimo. Probaré a cambiar la música… También puedes encargar a los amigos de tu sobrino chandalista que destrocen el caserío familiar con aerosoles, como si fuera un viejo tren abandonado en vía muerta. O recrear la silueta de una refinería en el chiringuito de una paradisíaca isla. La lista de posibles despropósitos, el abanico de atentados paisajísticos, es inmenso. Por tanto, los regentes del restaurante Buenos Aires, ubicado en un paraje tan emblemático como el Parque Natural de Urkiola, se la jugaron al embadurnar su fachada. Y parece que acertaron con la enorme imagen que advierte de la existencia de una casa de comidas, tras sus puertas y ventanas, al tiempo que da la bienvenida a la clientela. El edificio se levanta a un paso del santuario de los Santos Antonios, dedicado a San Antonio Abad y a San Antonio de Padua, en el cambio de rasante del alto de Urkiola, entre los montes del Duranguesado (Anboto, Alluitz, Mugarra, Udalaitz…). Así, el excursionista retratado, que escudriña el horizonte de ‘la pequeña Suiza’, esas cimas, las sierras de Aramotz y Arangio, su fauna, puede gustar más o menos, pero es un ejercicio de contextualización que no cae de bruces en el bucolismo más explícito. (Igor Cubillo) web del Parque Natural de Urkiola * Lo Que Coma Don Manuel destaca en la sección Bienvenidos aquellos ornatos, muñecos, carteles, dibujos y otras decoraciones singulares que, con cierta gracia, nos dan la bienvenida a restaurantes, bares, bistrós, tabernas, chigres, sidrerías, tascas y demás locales hosteleros que tanto nos gusta visitar *...
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Vaya por delante que no seré yo quien desaconseje La Barraca, un restaurante consolidado que ha adaptado la preparación de los arroces al gusto bilbaíno
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El bar Néstor despacha, con lista de espera y cuentagotas, la mejor tortilla de patata de San Sebastián y en su barra se agolpan los clientes para comer de pie chuletas de vaca vieja.
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(+41 rating, 9 votes)Cargando... – NEGOCIO CLAUSURADO – He de confesar una infidelidad. Hace poco pasamos varios agradables días en Llanes y, ejem, no comimos en la Parrilla JJ, el local al que adjudiqué en este blog el honor de servir el mejor menú del día de la localidad llanisca. No acudimos no porque estuviera cerrado, ni lleno, ni porque ofrecieran un condumio que no nos molara. Tampoco nos afectó que hubieran subido el precio de 10 a 11 lereles. No. Fui, fuimos infieles, porque preferimos probar el menú del remozado Aparthotel Bar Restaurante El Puente, negocio dotado de un par de bonitos cenadores que ya habíamos visto remodelar a lo largo del tiempo, de los meses, mientras escanciábamos sidras en la sidrería El Campanu, enclavada a la otra vera de la ría. A mi esposa le fascinan los cenadores. Parece que les va bien a los rectores de El Puente. Entramos en su bar por primera vez un jueves, el día del pote-pincho en Llanes. El local estaba a rebosar, la parroquia era transversal y muy femenina (hum… le gusté a una, pero esa no fue la infidelidad), los camareros funcionaban con diligencia y gocé del privilegio de que me atendiera el encargado. Ese jueves yo me tomé un blanco catalán muy rico y dulzón más un apetecible pincho, y lo hice acomodado en los taburetes de las mesas altas del cenador de la planta baja. Al día siguiente, viernes, paseamos por delante de su puerta, pues el 99’9% de los visitantes de Llanes pasan por ahí, ya que El Puente se halla en el cogollito de la localidad. Me fijé en el menú, me gustó y empecé a confabular en secreto en mi mente para evitar ir al JJ. Al final, como a mi consorte también le apeteció, subimos a su comedor, que se encuentra en la primera planta. Al principio no había muchas mesas ocupadas, pero al final se llenó y algunas mesas se ocuparon dos veces, aunque no tuvimos sensación...
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Dónde comer en el mercado de Camden Town. Puestos de comida callejera, pubs, rutas y pistas parar descubrir el mayor mercado al aire libre de Londres.
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¿Qué es monotonía? ¿Y tú me lo preguntas, Fideuá Eroski? Monotonía eres tú.
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En el Gin Show organizado por Drinks Marketing Group en AlhóndigaBilbao el único peligro era no ponerse un límite a la hora de catar las distintas marcas de ginebra presentes en el encuentro.
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